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Rol de los paises emergentes

Esta crisis profundiza el conflicto de hegemonía de EUA que se manifiesta tanto como crisis financiera, como creciente pérdida de competitividad de su economía; la existencia de déficits fiscales y comerciales, y no logra contener la recesión socializando las pérdidas de los bancos y donde además no parece contar con capacidad para exportar sus desequilibrios. Crisis que asimismo arrastra a otros bancos miembros del G7 como un efecto domino. Se trata de una crisis cuyo epicentro es financiero pero su origen se remonta a la diferencia entre productividades de los Estados Unidos respecto de otras economías que le provoca un déficit comercial creciente dado que no puede recurrir fácilmente, como lo hacía antes, a una mayor emisión o aumentando la tasa de interés para atraer capitales.

Además, la declinación económica y financiera es coincidente con un nuevo mapa del poder económico mundial, con el surgimiento de las Bric's, de lo que se conoce también como países emergentes o en desarrollo, con una competitividad y mayor crecimiento en los últimos años; con una visión 'productivista' más que de 'economía de libre mercado' o neoclásica, y con la configuración de regiones y coaliciones de países que plantean cambios de las reglas de juego del poder mundial.

En realidad, ningún país, ni siquiera los Estados Unidos, puede vivir todo el tiempo por encima de sus posibilidades. Podemos encontrar evidencias que afirman, que desde principios del siglo XXI, EE.UU consume, gasta e invierte más de lo que produce, la evidencia macroeconómica es clara: déficit crónico de las cuentas públicas y en su balanza comercial. La contrapartida real es que el resto del mundo ahorra para financiar el exceso de gasto norteamericano. Así, todos los países del mundo acumulan dólares, bonos del tesoro y títulos hipotecarios americanos que se originan en el superávit externo de todos, consolidados contra el déficit americano. De esta manera, el resto de los países financian el "sobreconsumo" estadounidense. En este sentido, el incremento en reservas de la Argentina y Brasil, en la forma de dólares depositados en los países del Norte, por un lado nos ha preservado de la volatilidad y de golpes de mercado, pero por otro son también préstamos que estos países le hacen a EE.UU a costo reducido. Se puede incluso señalar que hasta el gobierno de la República Popular China ha comprado u$s 500.000 millones en títulos hipotecarios americanos, es decir, los chinos populares han financiado parcialmente el sueño americano de la casa propia.

La otra idea que explica la crisis actual, tiene que ver con el predominio de un capitalismo especulativo sin regulación alguna durante las últimas dos o tres décadas, o en todo caso, con una regulación mercantil global, constituida por las normas Basilea I y II, por los Organismos Multilaterales de crédito y las tasas del Fed, que favorecieron las plazas financieras de los países centrales y la especulación, junto a la teoría de las expectativas racionales. Esto llevó a una serie de burbujas especulativas donde se relanzaba nuevamente la economía central, a la vez que se desmantelaban los sistemas financieros nacionales, que eran más prudenciales sobre sus economías y con una vinculación más directa del crédito con la economía real y sus empresas locales.

Así, la falta de regulaciones sumado a la codicia, y ahora al pánico, favoreció a los aventureros y oportunistas en contra de las empresas y trabajadores. De esta forma se generará un período de incertidumbre y de desaceleración en la principal economía del mundo y por lo tanto, sobre las demás. Pero lo cierto es que organismos multilaterales supranacionales carecen de autoridad y de instrumentos proactivos para enfrentar la anarquía especulativa. En consecuencia -como señaló el Presidente Lula en la última reunión de la ONU- se impone una reconstrucción sobre bases totalmente nuevas, para evitar que la euforia de los especuladores se transforme en angustia de los pueblos; también para que se siga con prácticas como la de socializar las pérdidas y privatizar las ganancias.


Podemos verlo mejor poniendo como ejemplo a Brasil:


Las autoridades brasileñas han implementado una serie de medidas para aminorar los efectos de la crisis internacional. El principal objetivo de estas acciones ha sido darle un impulso a la demanda interna y prevenir así un deterioro aún mayor en la demanda desde los principales socios comerciales de Brasil.


Durante los últimos meses, el gobierno ha inyectado US$100 billones al sistema bancario, ha reducido algunos impuestos y ofrecido líneas espaciales de financiamiento desde los bancos estatales para los sectores agrícola e industrial. De todos modos, la intensificación de este tipo de políticas no impedirán que la economía de Brasil sufra una contradicción de su PIB durante el 2009.


Como sucede en la mayoría de los países del mundo, los principales problemas políticos de la crisis estarán relacionados con los efectos del desempleo. El necesario ajuste que están realizando las empresas en sus inventarios, y las menores inversiones proyectadas, harán que la ocupación laboral disminuya considerablemente. Es de esperar que en los próximos meses el panorama del mercado laboral sufra un gran deterioro, lo que puede traer complicaciones al gobierno de Lula. El desempleo podría ser un factor a tener en cuenta para no tener problemas de Gobierno en los países.



En síntesis a todo lo mencionado anteriormente, analizando la crisis, podemos reaccionar muy rápido a situaciones de dificultades en nuestros países miembros. Teniendo en cuenta "los problemas mundiales”. La solución global a la crisis incluye no sólo a los países avanzados sino también a las economías emergentes que pueden jugar un papel importante, como China que esta dentro de estos.

Se estima que China va a desempeñar a futuro un rol creciente en la economía mundial tras la crisis financiera global. Sosteniendo que en 2009 el 100% del crecimiento global de la economía va hacer dirigida a los países emergentes.

Se afirma que los países emergentes son los que van a seguir creciendo en el año 2009; destacando a Asia, América Latina y África como locomotoras del tren de la economía mundial. Como ejemplo se puede destacar al Banco de Desarrollo de Asia Jong-Wha, el cual indica que el tamaño de economía asiática ha ido aumentando y que países como China han crecido muy rápidamente. Lo cual implica que Asia debe tener más presencia de foro económico mundial para asumir también una responsabilidad mayor en su ayuda a los países en desarrollo.

A pesar de la crisis global, el sistema mercantil asiático se ha mantenido inmune debido al crecimiento económico de sus miembros, sobre todo de naciones como China e India, que han registrado un crecimiento sustancial y sostenido anual de entre un 7% y un 9%.

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